El hotel es encantador, con habitaciones acogedoras y una terraza común con vistas espectaculares. El desayuno es delicioso, con productos caseros y tomates frescos del huerto. El personal es amable y nos recomendó rutas de senderismo por el castañar.

Me sentí muy bien, no tengo ninguna queja en absoluto.

El detalle con que han cuidado la decoración tanto de las instalaciones como de las habitaciones o el jardín. El mimo con que preparan los desayunos, incluyendo cosas hechas en la propia casa y especialidades de la zona. El trato personal con los clientes es magnífico en cuanto a acogida e información.

Lo único que se puede resaltar es que aparcar en la zona, en momentos punta, no es muy facil.

Nos ha gustado la ubicación, la casa, el desayuno y el trato de los dueños.

Nos quedamos en la habitación número 4 y fue una experiencia maravillosa. La habitación era amplia y tenía unas vistas impresionantes. teníamos una terraza independiente donde podíamos disfrutar del paisaje. La ubicación del hotel era perfecta, justo en el centro histórico de la ciudad. La sala de estar era espaciosa y confortable, con un ventanal que daba al hermoso jardín. La cama era extremadamente cómoda y grande, y la televisión también era enorme. Además, el jardín del hotel era simplemente hermoso, con vistas impresionantes.

Una pequeña desventaja fue que las camas individuales no eran especialmente cómodas.

Todo, el edificio, las habitaciones, el jardín, el pueblo, la gente, la comida. En el hotel el desayuno IMPRESIONANTE

Quizá nuestra habitación era un poco pequeñita en comparación con otras, pero con muchísimo encanto. Un 10

La habitación era preciosa, elegante y con encanto y muy grande. Con muebles antiguos y un gusto inmejorable. El desayuno con productos autóctonos y muy variado. El jardin y la terraza muy agradables. Ideal para ir sin prisas y de relax y conocer Hervas y la zona. Recomiendo tomarse la estancia con calma y dejar tiempo para disfrutrar de la casa en si misma, del jardin y terraza

Quizas que a pesar de lo grande de la habitación y de dar a la terraza superior, como solo tenía una ventana a veces era oscura y necesitabas luz artificial.

La limpieza impecable, las instalaciones del hotel, el desayuno delicioso y variado, y el personal amable y servicial.

No.

Todo bien, probablemente un poco caro la relación calidad-precio.

La habitación que nos tocó es demasiado pequeña.

Una casa excepcional con jardín maravilloso para perderse por las noches mirando las estrellas, siempre con una apropiada selección musical; y una familia encantadora que se preocupa porque todo sea perfecto durante tu estancia. El desayuno, magnífico, incluye como detalle un cuenco de miel fresca, además de pan de leña, mermeladas y dulces caseros, frutas de temporada, etc. ¡Es el lugar perfecto para curas del alma, para descansar y para volver a vivir y pensar despacio!

El hotel rural es realmente encantador, con un jardín precioso y unas vistas impresionantes. Las habitaciones son amplias, cómodas y están bien decoradas. La limpieza es impecable y las instalaciones del hotel están en perfecto estado. El desayuno es casero y delicioso, con una gran variedad de productos. El personal es extremadamente amable, atento y servicial, siempre dispuesto a hacer que la estancia sea perfecta. cabe destacar que el hotel ofrece parking gratuito y está bien ubicado, en un bonito pueblo rodeado de hermosos parajes naturales.

Nada para mí.

Su situacion, su precioso jardin, su desayuno y sobretodo su entorno

las vistas desde la terraza de la primera planta

La estrechez de la habitación. Increíble encajar una habitación con su baño y todo en tan pocos metros

Me encantó la estancia en este lugar. Lo mejor fue el encanto del establecimiento y la decoración con muy buen gusto. Todos los espacios eran bonitos y acogedores. Además, la habitación en la que me hospedé era muy cómoda y amplia. Disfruté especialmente del hermoso jardín trasero, que era un lugar perfecto para relajarse. Además, la ubicación cerca del casco histórico y las vistas a las castañas desde el jardín eran muy convenientes y agradables.

Hubo un par de cosas que no me gustaron. En primer lugar, en el desayuno no tenían opciones para personas con intolerancia al gluten, lo cual fue un inconveniente ya que tuve que desayunar en otro lugar.

Si algo caracteriza esta casa es la elegancia, tanto en sus instalaciones como en las deliciosas maneras de sus propietarios. Nada es artificial en esta casa. El desayuno memorable: por su polen fresco, sus mermeladas caseras, el pan de leña,frutas frescas de la zona,... pero tambíen por el mimo que lo hacen todo. Volveremos, sin duda.

El trato de sus dueños, se nota que disfrutan con su trabajo, y esto se transmite. Los desayunos son impresionantes, el ambiente es muy acogedor y hace que te encuentres muy a gusto.

Nada que sea importante.